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martes, 3 de agosto de 2021

LANZARSE A OTRO LUGAR QUE ES DIFERENTE

Con el sonido acostumbrado, voces acumuladas en los pasillos, el timbre para silenciar aquel caos auditivo, el saludo formal de buenos días o buenas tardes, que ya había perdido significado, el sentate, atiendan, no te distraigas, monólogos extensos para explicar un tema, sonidos cotidianos de los pasillos. Gente que entra y sale, que pretende hablar en momentos inapropiados, niños que corren, saltan y celebran, la espera, a contra reloj, en la cantina escolar, ese niño que trepaba en el árbol del patio. El otro que abría la puerta para pisar terreno prohibido, el patio del Jardín de Infantes, aquel que manifestaba su enojo porque le quitaron la pelota y le hicieron un gol. Docentes que van y vienen, tratando de multiplicarse por diez o por cien, sin exagerar, para cubrir lugares en los recreos, con las circulares de Dirección, pensado estrategias para llegar a Luis, a Benjamín y también para colaborar con el acto escolar, pensando sorprender a Susana, la docente de cuarto, por su cumpleaños también en que se debe pensar en una nueva secuencia, en la reunión de equipo, de personal...para que seguir escribiendo si esto ya me provoca agotamiento. Todo eso que creíamos nos constituía como escuela, un 20 de marzo de 2020 desapareció, sólo estaba el monitor o la pantalla, tan fría, sin humanidad. Había que... Lanzarse a otro lugar que es diferente, nos lanzó a un afuera, parafraseando a Silvia Duschatzky, “..entramos en contacto con un afuera del pensamiento o, más claramente, cuando el pensamiento se ve sacudido por una fuerza que no alcanza a comprender pero tampoco puede desoír; o sea, cuando lo pensado no alcanza…” y en el mientras tanto, debíamos pensar en nuevas maneras de transitar nuestras prácticas que fortaleciera la vinculación pedagógica con nuestros estudiantes. Esa tarea del fortalecimiento era atravesada por una cruel realidad, la economía de las familias, las cuales no contaban con dispositivos o conectividad; la cantidad de hermanos, priorizando a los que estaban en media, y así surgieron los desvinculados, quedando fuera de lo que aconteció en las actividades escolares, para los docentes no eran desvinculados, eran Mateo, Tomás, Agustín, Mía, Florencia, para nombrar algunos. Esto me hace pensar en “Nadie sabe lo que puede un cuerpo” de Spinoza. Afirmando a partir de ella la imposibilidad de conocimiento sobre los cuerpos ( de los docentes), su potencia ilimitada o la indeterminación de ellos. Los docentes ¿lo pueden todo? ¿lo pueden casi todo? ¿lograremos percibir las incontinencias y tomarlas como signos? ¿no impulsará a nuevas invenciones o intervenciones que sumen nuevas cualidades, nuevos modos de expresión; o sólo nos remitirán a juzgar los hechos, categorizarlos a partir de valores preestablecidos procurando restituir “paraísos perdidos” o insistiendo en que se cumplan expectativas prolijamente diseñadas? Tenemos que pensar en esta nueva escuela, cuyo objetivo solo sean sus estudiantes, en docentes que eleven la mirada y los visualicen, y arrimen una silla y se mezclen entre ellos, Esta es una posibilidad de aprender a la par de nuestros estudiantes. En el momento que se siente que “…El fracaso de las intervenciones están a la orden del día…” surge un guión pedagógico como resultado de un acto desesperanzado, iluminando un nuevo camino que “…se vuelve fértil…” Lanzarse a otro lugar que es diferente al que no estamos acostumbrados habitar, actos que dan cuenta de que hay un maestro, en un contexto que desconocemos, que nunca imaginamos como posible, sin tiza y pizarrón, sin aula, sin escuela. Con demasiados interrogantes para escribir y tal vez, sin respuestas acertadas, la rueda sigue girando y no nos bajaremos de ella, trataremos de no marearnos, de no perder el interés, de estar abiertos a cada problemática que se presente, a visualizarla y hacerla parte de lo acontece. Recordando que los actos azarosos tienen la fuerza de interrupción, momento en que la confianza se manifiesta aunque más no sea en un tal vez.- Bibliografía ¿Algún problema? Silvia Duschatzky ¿A qué llamar maestrx? Conversación con Jorge Larrosa. Cuerpos que exceden los códigos. Silvia Duschatzky No voy a ser un Zombie (otra vez). Canela Raña Pedagogía de la interrupción https://t-d-x.com.ar/interrupcion/ Seguir con el problema.Generar parentesco con el Chthuluceno. Donna J. Haraway