Sujeto
a cambios.
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Maestría en Educación – Curso:
Problemas Contemporáneos de la
Filosofía de la Educación
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Año 2019
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Sujeto a cambios.
INTRODUCCION
Hablar
hoy del sujeto de la posmodernidad, el que surge
cuando se desvanece el ideal hombre europeo
como modelo supremo, caracterizado por su autonomía basada en su voluntad, decisión y valor. Sin olvidarnos que
se constituye sobre un sujeto racional quien revela su existencia a través del poder
divino de Dios, buscando la certeza y la
verdad científica. Es hablar, también del sujeto de aprendizaje, del que habita
nuestras aulas.
La imagen[1]
del sujeto se va resignificando y modelándose a los distintos movimientos
artísticos, culturales, literarios y filosófico del siglo XX, que se extienden
hasta nuestros días, definidos en diversos grados y maneras por su superación
de las tendencias marcadas en la
Ilustración, modernidad y posmodernidad.
EL SUJETO DE LA MODERNIDAD
El
sujeto de la Ilustración es aquel que fue liberado del tutor, de quienes le
decían que hacer, esta condición que le brindaba una sensación de comodidad[2], la
cual le es difícil dejar atrás, ya que constituye su zona de confort, en la que se encuentra cómodo y no
necesita poner en uso su entendimiento,
ni su libertad.
A pesar
de las dificultades, se encuentra protegido bajo su condición de minoridad, expresión
que usa Immnuel Kant en el texto ¿Qué es la Ilustración? En Filosofía de la
Historia para definir al hombre de la ilustración. En la que el autor usando
esa expresión trata de exponer que recibe la protección de otros, sin la
necesidad de exponerse a sus propias acciones.
Comenzar a pensar por sí mismos,
haciendo uso de su libertad en la que encuentra limitaciones relacionadas con
el uso público y privado. En el ámbito privado debe restringir su voluntad ya
que debe obedecer a su superior en sus obligaciones como ciudadano que deberá
hacerse cargo de la república y sus
funciones.
¿Actualmente, vivimos en una época que
se asemeja a la del sujeto de la modernidad?
Este interrogante surge porque el sujeto
actual, tiene ciertos puntos de intersección
con el sujeto de la Ilustración, comparándolo con el sujeto que
encontramos en el aula, el que forma parte de un Sistema Educativo que se
construyó en el reflejo del espejo de Ilustración.
Nuestras escuelas surgen cuando está en
riesgo la Identidad Nacional brotando
desde el seno ideológico de aquellos que se relacionaron con la
Ilustración, la necesidad de construir un ciudadano comprometido con la
sociedad civil.
¿Podemos afirmar que ese proyecto se
concretó positivamente?
¿Encontraremos algunos indicios que nos
den respuestas?
SUJETO DE LA POSMODERNIDAD
En palabras de Vattimo[3]
la modernidad desaparece cuando no es posible de hablar de la historia como una
entidad unitaria, implicando la existencia de un centro alrededor del cual se
reúnen y ordenan los acontecimientos, desvaneciéndose el ideal de hombre
europeo moderno o sujeto ilustrado.
Comienza la crisis en varios puntos
constituyentes de la modernidad, entre los que se encuentra la concepción
unitaria de la historia y la idea de progreso.
Surgiendo la "sociedad de la
comunicación”, referida por este autor, la que da inicio a una sociedad posmoderna en la cual
los medios de comunicación desempeñan un papel de gran importancia, que se
caracteriza como compleja, caótica y en este escenario se desarrollan las
esperanzas de emancipación.
En este contexto todo es objeto de
información, es el momento en que se liberan las múltiples culturas, las diferencias y los "dialectos", todo esto hace que
pase al olvido el ideal de “Sociedad transparente”. La imagen de la realidad es
el resultado del entrecruzamiento de imágenes contaminadas de múltiples
interpretaciones, distribuidas por los medios de comunicación que compiten
mutuamente.
En efecto, en la
postmodernidad es muy importante el papel que desempeñan las nuevas tecnologías
y los medios de comunicación y su irrupción en las sociedades actuales. Tal es
así que, por ejemplo Vattimo, señala que los mass media son los instrumentos
que más han contribuido a determinar el paso de nuestra sociedad moderna la
postmoderna: sobre todo al ser causa determinante de la disolución de los
puntos de vista básicos de los grandes relatos. Así pues, hemos de advertir que
esta “sobredosis” de información fragmentaria, no siempre tiene porqué conducir
a un mayor enriquecimiento de los puntos de vistas y criterios de análisis, ni
a la conformación de una cultura más rica y plural, sino que puede conducir a
una mayor confusión y perplejidad, a una mera acumulación de perspectivas sin
estructurar en esquemas de pensamiento.
Y es que el sujeto en
este contexto multiforme y fragmentado tiene grandes dificultades para hacer
una representación comprensible y crítica del mundo. El sujeto de la
posmodernidad deberá estar preparado para los cambios, para entender
todas las interpretaciones que esta sociedad le brinde.
Educar a este
sujeto es entender que debemos brindarle las herramientas para que desarrolle
las capacidades para relacionarse con un conocimiento que está en
movimiento, que se va a modificar constantemente. Lo aprendido pierde el
valor de única certeza porque
se irá transformando en algo nuevo, distinto pero este sujeto posmoderno ¿se
adaptará a estos cambios?.
La posmodernidad hace que ingrese a
las escuelas nuevos concepto: la diversidad, la inclusión, la equidad, y a los
docentes como al sujeto ilustrado, nos aparta de nuestra zona de confort, ya
que debemos pensar a en estrategias de enseñanza que promuevan el
aprendizaje de los estudiantes.
A MODO DE
CONCLUSION
¿Qué
cambios reales han ingresado a las
escuelas a partir del sujeto posmoderno?
¿El
sujeto de cambios ha provocado alguna modificación en Sistema Educativo?
¿Este
Sistema Educativo ha podido reconocer ese sujeto de cambios?
¿Esos
conceptos que ingresan en los tiempos de la posmodernidad son entendidos por
los docentes?
¿A
pesar de reconocer el nuevo contexto, seguimos pensando que el sujeto de
aprendizaje adquiere el conocimiento de la misma manera que en la época de la
modernidad?
Como
lo expresé anteriormente, nuestra escuela surge en la pretensión ilustrada y
moderna de ofrecer un espacio objetivo y neutral de igualdad de oportunidades,
donde todos los individuos independientemente de su particularidad, ósea de su
historia personal conformada por su origen económico, social, cultural o sexual
puedan acceder a la cultura pública universal. Esto conduce al diseño de una
institución pública, gratuita y obligatoria, que confía en la objetividad y
asepsia de la racionalidad moderna como criterio con el que demarcar qué
contenidos, valores deben formar parte de esa instrucción universal.
Actualmente
debemos pensar en una escuela capaz de albergar la diversidad, una escuela en
la que “la subjetividad humana se pierde en los mecanismos de la objetividad
científica” (Vattimo, 1.996, p. 36). Es
pensar en que debe exigir la suficiente
independencia intelectual a los sujetos para mantener una actitud crítica ante los
influjos socializadores, así como para poder resistir y recrear cuando resulten
necesarios los significados e ideas impuestas por la mayoría de la sociedad.
Que el sujeto reconstruya, de modo
relativamente autónomo, el conocimiento que le es dado. Un conocimiento que
bien sea ofrecido en forma de conocimiento objetivo y verdad revelada, o bien
sea ofrecido como catarata de información fragmentada que nos inunda por su
diversidad y abundancia, sin ahogarse en él, debe ser capaz de darle una
interpretación, reconstruirlo y organizarlo de manera crítica por parte del
propio sujeto.
Ahora
la cuestión está en qué si este Sistema Educativo, incluyendo a los docentes, es capaz de preparar el escenario adecuado para cambiar y satisfacer las
necesidades de conocimiento de un sujeto que se fue constituyendo en base a una
imagen que se proyectaba socialmente en un tiempo y espacio determinado.-
[1]
HEIDEGGER, M.,
“La época de la imagen del mundo”, Anales de la Universidad de Chile, pp.
269-289 (especialmente de pp. 278 a 282 y los complementos "4" de pp.
283 a 284 y "9" de pp. 286 a 288).
[2]KANT, E., “¿Qué es la ilustración?”, en KANT, E., Filosofía de la historia, México, FCE,
1941, pp. 25-38.
[3]
VATTIMO, G., La
sociedad transparente, Barcelona, Paidós, 1990, “Posmoderno: ¿una sociedad
transparente?”, pp. 73-87.